viernes, 17 de diciembre de 2010

Foto-cuento de la Italia que está protestando...

El 14 de diciembre el Parlamento Italiano da su confianza al Gobierno Berlusconi, pero afuera la gente no está tan de acuerdo...


Roma – Cuando en 1994 Berlusconi decidió presentarse en política para “un nuevo milagro italiano” - así era el eslogan “estrella” que entonces lo llevó a la victoria electoral – muchos de los estudiantes y jovenes adultos de ahora eran menores de edad. La misma generación que el 14 de diciembre en toda Italia salió a manifestar su desconfianza - “Yo NO confío” - hacia el Gobierno después de 16 aňos de maltrato, de bombardeo mediático, de invisibilización por parte de la hegemonía dominante.

El presente diario quiere contar lo que aconteció el 14 de diciembre de 2010 en Roma, en la gran marcha nacional en contra del Gobierno Berlusconi, que todavía resiste con una mayoría de 3 diputados, amenazado por el abandono de los derechistas de Fini y salvado por unos saltos de la talanquera y por diputadas embarazadas que llegaron al parlamento para que el gobierno no caiera. Por la calle había muchos manifiestos en apoyo al gobierno, algunos preocupantes... No solo líderes de la derecha – tales como el seňor Turchi – sino también unos supuestos católicos que, ignorando aquellos que no están con Berlusconi, llegan a salir con manifiestos que de verdad van a confunfir las creencias religiosas con las políticas en un Estado laico:
“NOSOTROS CATOLICOS ADELANTE CON BERLUSCONI”

    El gobierno italiano está gastando los recursos públicos en cosas que no están teniendo logro alguno para los ciudadanos comunes. Vamos ahora con un ejemplo: para un puente de 3km que concte la isla de Sicilia con la Bota se gastarán alrededor de 10 millardos de Euro, sin consenso alguno de los pueblos afectados; al contrario, para el 2011 se recortará de 200 millones el presupuesto nacional para los transportes en la Región Campania (capital: Nápoles). Todo sindicato de esta región está protestando con manifestaciones y huelgas. Receta conocida: menos plata, menos servicios, menos trabajo, más posibilidades de privatizar lo que queda público.

El día 14 en Roma la marcha estaba integrada sobre todo por jovenes y estudiantes, por lo menos 150.000 personas entre los 15 y los 35 aňos de edad. Unos datos: en Italia hay 60 millones de habitantes; solamente unos 9 millones son menores de edad y son unos 10 millones los jovenes adultos. El crecimiento demográfico es negativo para los italianos, pero para los inmigrantes es positivo, así que en menos de 20 aňos el 50% de los estudiantes será de origen extranjera.
La marcha – con muy pocas banderas - llega después de varios kilometros a Piazza del Popolo (Plaza del Pueblo), donde todo parece tranquilo: hay quien descansa; hay música; hay alerta constante para que las fuerzas armadas no cierren los alrededores de la plaza, así como ocurrió por ejemplo en Nápoles en marzo de 2001, cuando la mayoría de los manifestantes no consiguieron manera para salir del cerco agresivo y de las palizas de las fuerzas armadas. 

    Después de una media hora de tranquilidad (alrededor de las 2pm), los manifestantes tienen que organizarse en Piazza del Popolo para proteger decenas de miles de personas de las tenciones de los choques delanteros, que logran rebotar para atrás en unos 15 minutos la Polizia di Stato en Via del Corso. En lo que estos choques terminan, por una paralela a Via del Corso va bajando una camioneta de otra fuerza armada: la Guardia di Finanza. Rápido los manifestantes delanteros van a tapar la paralela y empiezan los enfrentamientos: en menos de 5 minutos logran neutralizar a esta fuerza armada, cuya camioneta sale quemada de los choques.
Momentos de tensión, pero también de buena organización por parte de los manifestantes. Después de estos choques está claro que poco a poco hay que salir de la plaza, pero de repente entran bien rápidas 6 camionetas que obligan a los manifestantes a salir por la parte trasera de la plaza, donde las únicas salidas son tres arcos. Solo la buena organización y el control del desespero ha permitido a decenas de miles de personas poder pasar en menos de un minuto por los arcos; de lo contrario podían ser muchas las personas aplastadas. Los choques siguen un rato más en las cercanías de los arcos en medio de un “normal tránsito de transportes”.
Foto-cuento de F.A.